PISCO SOUR | David Santos Arrieta




Un pisco sour, chileno, envasado, arde la guata
nos animamos a decir esta noche lo que millones se animan a decir
que es un sábado de invierno luego de una semana de lluvias
hace frío
no todos se encierran ha teclear sin sentido sobre sus computadores
no todos enceguecen un poco y miran con una espada, atravesándoles

los amigos ya se han ido
ya no hay patota, quizás nunca la hubo, quizás la patota eras tú
es sábado de invierno luego de una semana de lluvias

dentro de tu casa suena una música que tú juras ningún vecino oye

un pisco sour, chileno, envasado, arde en la guata
un disco melancólico y argentino hace intervalos con otro movido, pero igualmente argentino
leve humea el pito que ya hace mucho se habría hecho sólo humo

en la música predomina el rasgueo
el rasgueo que se siente como un rasguño en la espalda atravesada

viene una amiga a conversar con tu chica y tú le oyes como si no fueras tú
y le sonríes creyéndote muy intelectual mientras te duelen los huesos atravesados por la espada
sientes como ellos gritan dentro de ti
y vuelves a llevar el pisco sour a tu boca pensando en nada, sólo es el instinto, sólo es la intención

coreas
coreas
pero ninguna música destroza tus pies

te paseas y mueves las piernas
tratas de estirar la que te duele
estás sentado en la silla más incomoda de las que tienes, que cada vez son más
mientras somos menos, piensas
como susurrando, piensas

de pronto te da por beber un sorbo largo y algo se anima con tal falsedad
que así tan pronto se esfuma
miras el celular buscando un mensaje, al menos de la cabra chica

el pisco sour es cada vez más malo y cada vez hay menos
ríes ante una falsa victoria del bien sobre el mal
dijiste una talla con la que tu chica rió como hace rato no la veías reír
te extrañaste, pero pronto llegó la normalidad
la amiga se fue
la música siguió
quedó un poco de pisco sour en la botella
y medio pito en el cenicero
la música melancólica habló de fútbol, de canchas, de ciudad
no llegó nada al celular
tampoco a nosotros,
te das cuenta,
volver al silencio en que nos hemos convertido.-



David Santos vive en Monte Patria, IV región.
Es psicopedagogo y ha publicado "Mirándome a los Ojos" (poesía), "Mirando el tiempo con ojos de cristal" (fotografías) y "Ay, sí" (poesía).

Comentarios

Entradas populares