Contra-bando | Alejandra Planet
Al lado del sofá una persiana,
Entre sus lenguas de metal,
Mis ojos
Y dentro de ellos,
Mi mente,
Articulando imágenes de antaño:
Cines Prat, Lido Y Santa Lucía,
Volviendo de su mundo de cenizas.
Se fue una alameda de delicias
Y llegó una avenida chillona,
Donde se oyen nerviosos bocinazos
Y no se escuchan melodías del viento.
Y mis ojos otra vez
Como agujas observando:
Al frente una casa de adobe,
Alambres oxidados,
Gatos y perros peleando
Y una anciana que barre despojos.
El vecino, un espejo,
Bloque de cristal agorero
De diez pisos y una palmera
Que anuncia una despedida
A ese hogar de barro y paja.
Un zorzal se ha perdido,
No encuentra árboles bajo los ladrillos
Ni su nido en ventanas de aluminio.
Mi mirada recorre pasillos que no están,
Viñedos que se han ido, dejando fantasmas
Que hoy tienen compañía,
Otras almas florecen como racimos
En largos prados verdes,
Donde mujeres lloran su viudez
Y los niños, inocentes,
Juegan al luche de muerto en muerto.
Más allá una gringa planta un huerto,
En medio de arenisca y cemento,
Donde entierra sus pálidas manos,
Entrelazadas,
Sembrando futuros,
Siempre con el miedo implacable,
Que un edificio se levante impetuoso
Y le aplaste sus plantíos,
Porque huyó de su patria,
Oliendo a concreto.
Cubro mis ojos con mis manos cenicientas,
Y cierro la persiana,
No quiero ver el cemento que me asfixia.
Escrito por Alejandra Planet Sepúlveda
Alejandra es chilena y de profesión periodista con estudios en filología hispánica.
Entre sus lenguas de metal,
Mis ojos
Y dentro de ellos,
Mi mente,
Articulando imágenes de antaño:
Cines Prat, Lido Y Santa Lucía,
Volviendo de su mundo de cenizas.
Se fue una alameda de delicias
Y llegó una avenida chillona,
Donde se oyen nerviosos bocinazos
Y no se escuchan melodías del viento.
Y mis ojos otra vez
Como agujas observando:
Al frente una casa de adobe,
Alambres oxidados,
Gatos y perros peleando
Y una anciana que barre despojos.
El vecino, un espejo,
Bloque de cristal agorero
De diez pisos y una palmera
Que anuncia una despedida
A ese hogar de barro y paja.
Un zorzal se ha perdido,
No encuentra árboles bajo los ladrillos
Ni su nido en ventanas de aluminio.
Mi mirada recorre pasillos que no están,
Viñedos que se han ido, dejando fantasmas
Que hoy tienen compañía,
Otras almas florecen como racimos
En largos prados verdes,
Donde mujeres lloran su viudez
Y los niños, inocentes,
Juegan al luche de muerto en muerto.
Más allá una gringa planta un huerto,
En medio de arenisca y cemento,
Donde entierra sus pálidas manos,
Entrelazadas,
Sembrando futuros,
Siempre con el miedo implacable,
Que un edificio se levante impetuoso
Y le aplaste sus plantíos,
Porque huyó de su patria,
Oliendo a concreto.
Cubro mis ojos con mis manos cenicientas,
Y cierro la persiana,
No quiero ver el cemento que me asfixia.
Escrito por Alejandra Planet Sepúlveda
Alejandra es chilena y de profesión periodista con estudios en filología hispánica.
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