Tango Cuatro

Las zanahorias mustias
los tomates a medio cortar
los limones secos
que abandonamos
hace tiempo
en el refrigerador

Las toallas colgando de los balcones
los calzones viejos
calcetines rotos

ollas en el lavaplatos
tazas clizadas
un pan duro
fósforos quemados

patético el despertar
del sol que te golpea en la cara
la alarma de un auto
(del mismo de siempre)
de la sirena de la ambulancia
hacia la posta central

luego se aparece tu aliento
tus palabras emergen de mis recuerdos
inventamos el mundo
en una taza o dos de té
Tu voz es la de un tango
y música viene desde la calle
me asomo a nuestra ventanilla
las personas allá abajo
caminan de lado
tirando con gracia
los perros chicos
y las bolsas de pan

Ahora duerme, duerme,
camina por la casa
sin zapatos
párate en el sol
cierra los ojos

la guerra se oye fuerte
muy lejos de aquí.


Texto y fotografía por Elizabeth Cárdenas
Miembro de El Puñal
www.chuscadesietesuelas.blogspot.com

Comentarios

lichazul dijo…
desgarrador texto
con descripciones vívidas
hace que el lector se sumerja en ese instante y en ese paisaje

elisa
Cristhian dijo…
..."y eso que no le gusta el tango"

En "Caminito" noté hace poco que detrás de las fachadas escenográficas de conventillos
se ocultan efectivamente conventillos reales.

Tu texto en un pestañar me
llevo a ese mundo Porteño
no sin antes pasar
por Santiago Poniente.

Gracias por el paseo.
Unknown dijo…
Perdón: las fachadas están fuera de este texto. Aquí, la hablante des-fachada está triste y desea des-hacerse y re-hacerse de amores por un príncipe que no es TAN.

NO OLVIDAR:
CADA CUAL ESCUCHA LO QUE QUIERE.
ES UN DERECHO.
cucutim dijo…
lindo poema

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