El Presente de la Poesía Joven en el Norte Fronterizo de Chile (Arica)

En torno a Arica, desértica y fantasmal región, que nada tiene que ver con una moderna Comala o el realismo mágico situado en la pampa salitrera, los medios se han encargado de dejar bien claro que más bien somos el infame paso de todo tipo de tráfico, humano y químico, rápido podemos afirmar que no hay panorama joven en lo poético, si para calificar este, nos ceñimos con exclusividad al concepto topográfico, territorial y centralizador que nos ubica como creadores provinciales o de la recién estrenada y cómicamente bautizada XV región (última pese a ser la que encabeza el país).

El amplío titulo de poetas jóvenes del norte grande de tan árido y ancho se torna ajeno, y en vez de identificarnos, produce en la determinación categórica de nortino una negación rotunda que no da cabida a una gama inconmensurable y heterogénea de voces y posibilidades creativas.


Lo cual, paradójicamente, pese a no permitirnos hablar de poetas jóvenes nortinos ariqueños en estricto rigor, si nos permite recalcar la existencia y riqueza en la voz peculiar y osada de talentosos jóvenes poetas que nacidos o formados sensitiva y sensorialmente en estas latitudes, se han vuelto su propia región indecible llena de potencialidad y discursos, influencias varias e influjo en si mismos, fuentes inspiradoras que en la palabra y sus matices, no temen en lo absoluto a la experimentación y afrontar con crudeza, otras veces con cinismo, ironía, amplia visión y poca fe pero con ardua voluntad creativa, el pasado, presente y futuro de un arte que por estos lados, se perfila cada vez más menguado y reducido a feudos espaciales y naturalistas, reino de absoluta falta de editoriales, estos huérfanos de la metáfora con una gravitante escasez de lectores sufre víctima del virus chauvinista establecido en el ideario colectivo, mediático, y sensible del lector promedio, ya sea de la localidad y a veces con mayor injusticia en la boca de foráneos y hermanos de pisos australes.

El problema del logocentrismo nacional es inevitable en este punto, pues el nutre aquellos detestables determinismos y la analogía más ilustrativa de la realidad creativa del llamado poeta joven de Arica o del norte grande, se asemeja a lo que en mayor escala pesa sobre el escritor latinoamericano que no quiere perfilarse en aras del realismo maravilloso y sus engendros y llega a Europa o Norteamérica con una alternativa de novela, digamos realismo sucio, de género o de distorsión lingüística y estructural en cualquiera de sus variantes que se ven antecedidas por el famoso Post-algo, sólo para recibir el siguiente comentario no libre de connotaciones peyorativas, muy bonito, pero que usted no es de por allá, de donde viene García Márquez y Carlos Fuentes, entonces que hace que no escribe como ellos, bueno con iguales resultados, el escritor del norte que no adhiere al tropo paisajístico y sentimental ligado a la tierra y sus bondades, el dizque espacio vital que se debate entre la residencia marina y la llanura altiplánica, sufre el rechazo tajante o siquiera la duda inocente: Oye, por que no hay cactus y vicuñas en este texto, puede sonar desvirtuado y satírico pero es una realidad, prueba de ello, es el efecto inverso que sufre en ojos de sus pares aquel creador, demente prometeo que cruza los límites que impone el bendito adjetivo, provincial, regional o si aspiramos a la grandilocuencia, “vate nortino”. Este para los otros poetas, los oficialistas, los que si son nortinos de tomo y lomo, es un bicho raro, un misfit producto de una metamorfosis caprichosa y envilecedora. Sus calificaciones son capaces de reducir cualquier intento de experimentación a un simple epíteto cargado de hiriente intención: Es hermético, culterano elitista, efecto del oscurantismo juvenil, y entre pasillos y en comidillas, se proscriben sus páginas como meros simulacros, pobre pastiche de Santiago, de Poeta maldito, bohemio, afrancesado, alienígena, alienado, o poeta adolescente, carente y a medias tintas entre impostor y profano, con un afán de identidad desesperada.


De cualquier modo, sea local o externa la calificación, el poeta joven en esta localidad, es blanco de una creciente extinción y cacería ante barreras subsecuentes impuestas a la posibilidad de difusión, de diálogo y en gran medida, quizá esto es lo que más duele, al suministro básico de textos, quizá hoy menos, gracias al antídoto que significa Internet y sus benditos downloads, sin embargo estamos en el extremo del mundo con pocos libros y muy caros para un lector sensible que requiere para su educación emocional y cordura, mucho más que la lista que entrega mineduc y el paradigma que constituye a un verdadero escritor fronterizo.


Empero, lejos de sumirnos en una auto conmiseración, el estado de salud de nuestra escena local, presenta una segunda paradoja, si bien envilece, también nutre, la muestra son grupos como Vertizonte y M.A.L, cuyo ojo crítico, ansia de lectura y disociación, fomenta la búsqueda de vías rizomáticas, el do it yourself o su variante criollo, ráscate con tus propias uñas y sal a buscar la montaña por que este feudo rocoso se quedo pegado a pies de las ruinas de Humberstone.


De aquel estigma territorializante y el portentoso título de nortino surge un conflicto agonal invariable, la lucha con los antepasados, con las publicaciones y autores que marcaron la tónica de lo que es ser un escritor del norte, Sabella, Bahamonde y demáses, con el respeto que merecen, el poeta joven del norte como dice en su teoría poética el crítico norteamericano Harold Bloom, debe ser fuerte y debe desintegrar la forma que los del pasado cincelaron, sólo así podrá dar origen a su particular verdad, al desleer y se diría incluso desinterpretar lo impuesto por tradición.

Sin animo de excluir y realizar una lista de quienes deben ser considerados en estos últimos veinte años, como deslectores de la realidad local y creadores de sus propios límites, debemos profundizar en dos focos creativos de la ciudad de Arica y sus alrededores, fenómenos irreductibles e irrepetibles como por allí escribió alguien, Vertizonte y el Grupo M.A.L, cada uno con sus miembros diseminados por el mundo. Desde mediados de los ochenta hasta la fecha, lograron con mayor o menor fortuna y pervivencia, forjar en sus aciertos y fracasos una repercusión e identidad propia, peculiar y digna de ser reconocida o mejor aún superada, pues su presencia marca un después en la producción consciente, está ha ubicado en otro estadio y nivel la poética Ariqueña, de manera que el conflicto y la acción de futuros creadores tendrá que medirse con otras voces, con otras lecturas por tanto se moviliza el arte poético

En el caso de los Vertizontidas hay una introducción de cara a la vanguardia, a formas periféricas y lenguajes cultos, manejo de distintos registros y géneros, visuales, pop, música y cine, técnicas de producción y perspectivas lectoras del arte y la realidad relegadas de las primeras filas del canon de pulcritud y santidad poético, la prueba está en su antología Heptadarica y en la vigencia de sus integrantes, aún activos y sembrando su semilla en otras verticalidades de la palabra y horizontalidades del ser, por otro lado M.A.L al cual se adscribe el redactor y otros poetas que prefieren el anonimato y la creación en un maridaje simbiótico.

Estos escritores que persiguen ir más allá de las letras, surgieron de distintas áreas del pensamiento, Ingeniería eléctrica, Física, Filosofía, psicología y lenguaje, refrescando el contexto de producción y añadiendo a las ya nombradas técnicas y usos, un factor indispensable, el aporte que despierta a la zona de su letargo investigativo, crítico y difusor. Los objetivos a corto plazo de M.A.L, además de talleres que siempre han estado presentes junto a la organización de recitales y encuentros, involucran la creación de una editorial independiente de la mano de Cinosargo.

En definitiva, podemos señalar que si bien no hay poetas jóvenes del norte grande en Arica tal y como muchos esperarían, si existen, sudan y sangran desterritorizalizados, una variedad de poetas que por convicción y necesidad de nacimiento y sentido, son cada uno en su palabra autónoma y genio, su propio norte.

Escrito por Daniel Rojas Pachas.
Publicado en Revista Cinosargo.

Daniel nació en Lima en 1983 y vive en Arica. Es escritor y Profesor de Literatura egresado de la Universidad de Tarapacá dónde es docente. Dirige el Colectivo y taller Literario Clepsidra, es Miembro y fundador del Grupo literario MAL y actualmente dirige y edita la Revista Literaria virtual Cinosargo. Ha publicado los poemarios Música Histórica y Delusión en el 2006 y 2007 con la Editorial Blue y se encuentra pronto a publicar su libro de investigación sobre cinco autores latinoamericanos, beneficiado por el Fondart el año 2008. Para conocer más de su trabajo, puedes visitar su blog personal.

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