YANQUI, THIS IS NOT AMERICA | Por Francisco Ramírez

(Cuento en castellano que requiere de cierto conocimiento del idioma inglés. Who knows, sabe...!)**

"Basta con colgarle la etiqueta de
barbarismo para que una construcción
resulte nefanda: la apelación a la pureza
de la lengua es absoluta, incondicional"
(Jesús Royo)


“Oh, Man: look at the sky! It’s so beautiful and clear! And look at the little niñitos playing with the palomitas! And look at the happy faces of the crowd! Oh, Man: how I love this Chilean people!”.
Yo and my amigo Jimmy veníamos going down el Cerro Santa Lucy. Mientras He estaba telling me lo anterior, I estaba pensando in the Capitán Peter of Valdivia, quién un día 4 de Febrero del year 1543 había fundado Santiago of Chile, luego de haber estado fighting duramente contra los desobedientes autóctonos indians of the alrededores.
Una vez que hubimos descendido del cerro, nos pusimos a to walk por Alameda Avenue. Como vimos something very picaresco en la vereda del frente, we decidimos cruzar the Avenue and we did it por el paso bajo nivel del Santa Lucy subway. We llegamos entonces, según lo que nos contó a very friendly viejecilla, a la Feria Artesanal of Santa Lucy.
Jimmy and I echamos un rápido looking for aquí and for allá. De pronto, we look a poster of the president Salvador Allende. Nos acercamos al salesman y yo preguntar:
- How many costar esto?
El nos miró for a long time, sonrió and he said:
- Diez lucas.
Pagamos y seguimos mirando. Como no encontramos nothing more of nuestro interés, nos fuimos y we seguimos caminando for Alameda.
Algunas calles más allá, we encontrarnos with a man que se hacía llamar "The King of The Sandwichs of Potito". Jimmy me miró. I said: “Yes, man, Do it!”! Jimmy le preguntó to the man:
- You aceptar dolares?
El hombre nos miró de un modo particularmente extrange.
- ¿No querís mejor un berlín? – he said.
We no sabíamos lo que era “querer un berlín”, así es que le explicamos que “Nosotros no entender”.
- Tres mil quinientos cada uno – dijo.
Como nosotros encontramos que era a very good precio, pagamos. Nosotros comer nuestros sandwichs que estaban delicious.
En eso, de pronto, sucedió algo very amazing. Un young man pasó running very rápido a nuestro lado: calzaba zapatillas de jogging marca Nike, vestía un jeans of black colour en uno de cuyos bolsillos traseros we look a peineta y en su parte superior llevaba una T-Shirt with a estampado of un retrato de Stone Cold. Lo más incredible de todo era su haircut: very corto adelante and in his lados, pero muy largo por atrás. Pues bien, un hombre fat y de unos 40 years of edad, corría tras él, screaming: “Atrápenlo, ese punga me robó”. Como we don`t saber que era un punga, seguimos caminando.
En fin, como we nos sentíamos very cansados y con una big sed, entramos a un bar que se llamaba “El Clinton”. We pedimos dos schops de one litro y nos pusimos a conversar.
The tiempo pasaba rápidamente. Jimmy and I ya habíamos pedido cuatro rondas of cerveza. Entonces, we think que ya era hora de to walk de nuevo.
We pedir la cuenta. La boleta decía que eran 158.903 pesos. Como a Jimmy no quedarle mucho money, I said: “Take it easy, man. I pagar”. Busqué my billetera. Sentí un ligero fear cuando me puse a buscar: my billetera no estaba en mis clothes. Me dije: “De seguro que se me ha caido en la street...”.
Me acerqué al barman y yo explicarle my problem:
- I can ir a my departament a buscar some dinero?
The man, enojado, se fue y se puso a to talk con his boss. Una de las pocas things que pude escuchar fue: “... estos gringos, tan huevones como siempre. Bueno, diles que se vayan a ver a Raúl Castro o a la mismísima mierda: total son tan giles que no te van a entender! Y no les cobrís los schop pa`que se vayan luego..."
Nos fuimos de “El Clinton”, no sin antes haber dicho muchas veces: “Thank You! Thank You! You are a very simpatic people”, and another things for the style.
Una vez en la calle, I preguntarle a Jimmy:
- Hey, Jimmy: tu saber para adonde queda la mismísima mierda?
- No man: I have no idea.
Como ninguno de los dos lo sabíamos, nos subimos a una micro and I preguntarle al conductor:
- Hey, man: this micro llega a la mismísima mierda?
El conductor se quedó mirándonos fijamente, como si estuviera listenig algo unbelievable. Después, se puso a to laugh estruendosamente:
- Suban: de allá somos.
Y, de ese modo tan easy... we irnos a la mismísima mierda.





Escrito por Francisco Ramírez.
Chileno, 32 años, residente en Santiago. Periodista titulado en 2003, ha trabajado o colaborado para diversos medios de prensa escrita nacional. Entre ellos, La Nación, La Nación Domingo, diario electrónico El Mostrador y revistas El Periodista y Ercilla. Co-autor del libro de poesía "Cuatro Bares Públicos", impreso en 2001 en Lom Ediciones, gracias al apoyo de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Actualmente, redacta su primera novela, cuyo tema central es la implementación y puesta en marcha del Transantiago en la Región Metropolitana. Cuenta también con un blog con publicaciones literarias y periodísticas: www.franciscoelenergumenoramirez.blogspot.com.


**Nota del autor.

Comentarios

Nena dijo…
tanta ingenuidad me hace sonreir, que manera de irse a la mismísima mierda

Entradas populares