Qué vemos cuando vemos

"Turno de día", Poesía de Domingo Díaz. Mago Editores, Stgo 2008
Por Víctor Hugo Díaz



"Qué ves, qué ves cuando me ves… cuando la mentira es la verdad”
Los divididos
Turno de Día se para en apariencia como lo diurno, lo que todos vemos, pero sólo como escudo, fachada, y esa es la gracia en poesía, mostrar algo y entrar por la vista, no sé si por los ojos, otra cosa, hacer de lo familiar algo enigmático.
Turno de Día, de Díaz, es un texto equivalente a un negativo fotográfico, es una edad en negativos. Un libro que escudado en contraposición negativa respecto al titulo, más bien corporiza ante la cara del lector: cosas, lugares, camas, objetos y sobre todo situaciones, que preferentemente suceden en el turno de noche.Entonces este modo de hacer las cosas, de salirse con la suya, este escribir, eligiendo como y de qué, por supuesto y obvio, de qué no, muestra luz desde la pieza oscura, pensaba en Lihn.
En Turno de Día se entrecruzan y conviven las experiencias públicas y privadas del hablante, me refiero a esa voz singular (personal) y a la plural, digo compartida, de la que todos formamos parte, auque no estemos enterados.
Es el trabajo de vivir día a día, el turno que nos toca cada día: de vez en cuando una luz que destella, miradas que se entrecruzan como recuerdos, conversaciones con algún valor.
Ahora si miro la arquitectura del libro, veo una bella y terrible travesía, partitura experiencial, no veo la tinta, afortunadamente “planeo” me miro en el espejo.
Si me la creo y quiero creerme el hablante, cacho todo desde muchas voces y lugares que no van más allá del cuerpo, pero sí desde distintos puntos de enfoque, lupas, monedas arrojadas al aire para ganar algo o a la fuente para predecir el futuro o la felicidad, pero capaces de caer en la cabeza de los demás, estos poemas sí logran estar en la cabeza de los demás.
Ya está claro que no hablaré de estos poemas sino de esta poesía , de cómo y lo digo, se enfrenta el estar aquí y ahora, que es lo único concreto, con los materiales o recursos que se tienen a mano, pero con experiencia, observación y talento (pienso en Faulkner) logrando claramente un objeto, obra, libro significativo Paty..
Aquí el lenguaje es un soporte, un instrumento, lo más cómodo. Esto ya sonrió, como cuando las mujeres.
Algunos dicen que se escribe con el lápiz o el teclado o que las cosas se hacen con las manos; esas figuras las pienso en relación a la corrección, al meterle pala, seguir hasta que esté bien hecho, así veo este potente libro, hasta que entre entero, entre justo en esa cavidad que es el lector de poesía.
Creo de verdad en esas condiciones sine qua non de un libro de poesía, uno : te llega y te habla a primera vista, es como el relámpago, como hacerse amigo, como enamorare; y segundo, lo reitero, es el gran secreto en poesía: se escribe con la vida, no con el lápiz.

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