Los hilos que mueven al mundo

En la subida Cumming de Valparaíso, suba usted por la vereda derecha. Al llegar al número 94-B, mire la vitrina. Al costado derecho de dicha vitrina encontrará entre los libros algo que puede inquietar su pensamiento.

Si es un caminante apurado y que sólo va concentrado en la dificultad de la marcha, a causa de la pronunciada cuesta, puede seguir de largo si lo desea. Pero si desea arriesgarse a entrar a un lugar fuera del tiempo, quédese allí y dese la oportunidad de mirar allí. Aparentando total inocencia, una marioneta nos observa. Observa el mundo. En el interior, ocupado actualmente por una librería, puede preguntar por el taller de marionetas. Si el señor librero no está al tanto de lo que sucede en dicho taller y le incita a entrar con insistencia, entre. No se vaya sin saber más.

En el subterráneo, entre marionetas colgadas en las paredes, un escenario en el fondo y mesones de trabajo, se encuentra a Marcela Chiappe, actríz titiritera. Lleva más de veinte años en el oficio de las marionetas y ha llevado su trabajo por varios países. Comenzó haciendo espectáculos en las calles de Valparaíso y luego que se instaló con su taller ha recorrido el mundo con sus marionetas.

Mientras nos habla, un niño termina de hacer una marioneta de Jimmy Hendrix, un trabajo de semanas y lleno de detalles maravillosos. Los talleres -como ella dice- tienen un horario que se ajusta al estudiante. Allí aprenderá a hacer marionetas con papel maché, a confeccionarle las ropas y luego, usted podrá mover los hilos.

Marcela dice que ha sido un trabajo lleno de satisfacciones. Nos cuenta además que este tipo de arte ha ido logrando espacios de difusión y reconocimiento. De hecho en alguna parte de la ciudad se encuentra un museo dedicado a este tipo de oficio. Y por ahí le llega desde europa, una revista de difusión cultural, cuya portada es uno de sus muñecos, con el que posa para mi cámara.

En su blog x han publicado algunas fotos de sus viajes, y en vivo estuvieron presentando, durante la temporada de verano, una adaptación para marionetas de El Principito (Antoine de Saint-Exupéry). También se les pueden encargar muñecos, pero tomar el taller y uno mismo hacer el trabajo, es lejos, lo mejor.

Hoy le contaba a alguien sobre este taller y me decía "no sé cómo encuentras estos lugares" y le contesté "pues, caminando, hombre, caminando".
Marcela Chiappe
9-250 74 21

Comentarios

Anónimo dijo…
Puñales:

Que linda nota, me parecen maravillosas las marionetas, me imagino siempre que tienen vida propia...

Zara Bahdí

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